lunes, abril 30, 2007

¡Eureka!

No debe haber palabra griega mas conocida que Eureka. Pocas palabras como la mencionada anteriormente están tan ligadas a la ciencia. Decir: “¡Eureka!” (lo encontré, en griego) es hablar de Arquímedes de Siracusa, y también del descubrimiento del principio que lleva su nombre, el principio de Arquímedes.

Arquímedes nació en Sicilia, específicamente en Siracusa. Creció bajo el desprecio de las aplicaciones practicas, ya que en la antigüedad las labores manuales eran tareas exclusivas de los mercaderes y esclavos. A él le encantaban los desafíos prácticos, y se podría decir que gracias a esta rebelión ideológica, es considerado como el más grande científico de la antigüedad.

Cuenta la historia, que Hierón II, monarca siracusano, habíale dado a un orfebre cierta cantidad de oro para que éste elaborara una corona. Una vez terminado el trabajo, Hierón II, sospechó que el orfebre lo había estafado sustituyendo el oro que él le había entregado por algo de plata o cobre. Mandó entonces a llamar a Arquímedes, reconocido por sus dotes científicas, para que resolviera la situación.
Era un problema harto difícil, Arquímedes no sabia que hacer. Si el orfebre hubiese añadido algo de plata o cobre a la corona, ocuparían un espacio mayor que el de un peso equivalente en oro, al ser estos más ligeros que el oro. Entonces, lo único que tenia que hallar Arquímedes, era el volumen de la corona, pero al no ser un sólido regular, no sabia como encontrarlo. Y así continuo pensando y pensando.
Finalmente, fue en los baños públicos donde halló la respuesta. Notó que al sumergirse en una bañera llena hasta el borde, él mismo desplazaba agua hacia afuera de la bañera. El volumen de agua que rebalsaba tenia que ser el mismo que el volumen de su cuerpo. Exaltado por su descubrimiento, y al grito de ¡Eureka! ¡Eureka!, salió corriendo desnudo de los baños públicos hacia el palacio del rey Hierón II. Llegado donde el monarca, llenó un recipiente con agua y sumergió la corona, e hizo lo mismo con un peso igual de oro puro. El volumen desplazado por la corona era mayor que el desplazado por el oro puro. Esto significaba que el oro de la corona había sido mezclado con un metal más ligero, dando de esta manera un volumen mayor y haciendo desplazar mayor cantidad de agua. El orfebre fue ejecutado. Y Arquímedes descubrió el principio que lleva su nombre: “Todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje vertical y hacia arriba igual al peso de fluido desalojado.”

Pero no fue solo por este acontecimiento que Arquímedes es reconocido mundialmente. Seguramente habrán oído ésta otra frase del siracusano: "Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo."
Hierón II, que había escuchado tal frase y pensando que era pura charlatanería, pidió al científico que moviera algún objeto muy pesado, como por ejemplo un barco que había en el dique. Arquímedes aceptó y pidió que lo cargaran de pasajeros y mercancías; y mediante un sistema de poleas (un tipo de palanca) y tirando de la soga con una sola mano, movió lentamente el barco hacia el agua.
Estaba tan seguro de poder realizar dicha hazaña, debido a que el mismo había desarrollado la teoría que explica la mecánica básica de la palanca. ¿Mecánica básica de la palanca? Imaginemos una viga sobre un punto de apoyo, de manera que la longitud de la viga a un lado del punto de apoyo sea el doble que la longitud hacia el otro lado. Al empujar la viga por su extremo mas largo, el otro lado se desplaza una distancia dos veces menor, pero empujando con una fuerza dos veces mayor. Arquímedes no veía limites en esta teoría. Sabia que la fuerza que podía realizar cualquier individuo era limitada, pero también sabia que la distancia no carecía de limites y por esto elaboró la frase escrita anteriormente.
Y las hazañas de este científico continuaron: Se cuenta que la ciudad de Siracusa, se pudo defender del asedio que sufrió de parte de Roma cerca del año 213 a.C., gracias a él. Algunos historiadores afirman que Roma luchó solamente contra la ciencia de Arquímedes.
¿Qué hizo? Montó un sistema de espejos curvos en las murallas de Siracusa, los cuales encendieron varios navíos romanos que como decíamos anteriormente, asediaban la ciudad. También, utilizando otro sistema de palancas, mezclando poleas y vigas, varios barcos romanos fueron literalmente volcados y dejados fuera de servicio.
Pero Siracusa no pudo defenderse para siempre del mayor imperio de la época. Cuando los soldados romanos entraron en la ciudad, Arquímedes se encontraba absorto resolviendo un problema por medio de diagramas. No prestando demasiada atención a las ordenes de un soldado, Arquímedes solo atinó a decirle: “No me estropees mis círculos”. El soldado lo mató causando así, su desaparición física, no pudiendo de esta manera, hacer desaparecer sus hazañas y descubrimientos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

la verdad es q es muy interesante nunca lo pense de ese modo ...

te dejo mi mail
magabruja@hotmail.com

Facundo dijo...

A veces, pensar las cosas de otro modo es la mejor manera de resolver problemas, por lo menos para mí. Espero te haya sido útil.
Besos.

Centauro dijo...

Típica respuesta de un filósofo, o alguien que tiene el espíritu de la filosofía, al menos.
Fantástica la historia de Arquímedes, yo conocía la de Eureka, aunque no en detalle, y no sabía de las anteriores.
Un saludo.

Anónimo dijo...

hoolaa!! =)
q bueno q justo posteaste esto de arquimedes, porq justo me pidieron un trabajo practico para fisicoquimica, y en el trabajo entraban todos los temas q tocaste en tu articulo!!
asique queria escribirte para agradecerte por la informacion, que me fue muy util!

besos
carolina

Facundo dijo...

Carolina: Me alegro de serte útil, espero serlo en otras oportunidades. Gracias por escribir. Saludos.

Anónimo dijo...

me pica la polla y estoy cachondo