miércoles, febrero 07, 2007

El hombre de ciencia y la felicidad

"Entre los sectores más cultos de la sociedad, el más feliz en estos tiempos es el de los hombres de ciencia. Muchos de los más eminentes son muy simples en el plano emocional, y su trabajo les produce una satisfacción tan profunda que son capaces de encontrar placer en la comida e incluso en el matrimonio. Los artistas y los literatos consideran de rigueur ser desgraciados en sus matrimonios, pero los hombres de ciencia, con mucha frecuencia, siguen siendo capaces de gozar de la anticuada felicidad doméstica. La razón es que los componentes superiores de su inteligencia están totalmente absortos en el trabajo y no se les permite irrumpir en regiones en que no tienen ninguna función que realizar. En sus trabajos son felices porque la ciencia del mundo moderno es progresista y poderosa, y porque nadie duda de su importancia, ni ellos ni los profanos. En consecuencia, no tienen necesidad de emociones complejas, ya que las emociones más simples no encuentran obstáculos. La complejidad emocional es como la espuma de un río. La producen los obstáculos que rompen el flujo uniforme de la corriente. Pero si las energías vitales no encuentran obstáculos, no se produce ni una ondulación en la superficie, y su fuerza pasa inadvertida al que no sea observador.
En la vida del hombre de ciencia se cumplen todas las condiciones de la felicidad. Ejerce una actividad que aprovecha al máximo sus facultades y consigue resultados que no solo le parecen importantes a él, sino también al publico en general, aunque este no entienda ni una palabra. En este aspecto es mas afortunado que el artista. Cuando el publico no entiende un cuadro o un poema, llega a la conclusión de que es un mal cuadro o un mal poema. Cuando no es capaz de entender la teoría de la relatividad, llega a la conclusión (acertada) de que no ha estudiado suficiente. La consecuencia es que Einstein es venerado mientras los mejores pintores se mueren de hambre en sus buhardillas, y Einstein es feliz mientras los pintores son desgraciados. Muy pocos hombres pueden ser auténticamente felices en una vida que conlleve una constante autoafirmación frente al escepticismo de las masas, a menos que puedan encerrarse en sus corrillos y se olviden del frío mundo exterior."

Extraído de "La conquista de la felicidad" de Bertrand Russell.

7 comentarios:

Lulet (Julia Mar) dijo...

Me encantó.
Como artista le puedo dar la razón.
Besos, Facu!

Facundo dijo...

Y lo escribió un matemático, filosofo y ganador de un premio Nóbel de literatura. Debe saber un poquito.

Centauro dijo...

Puede ser, pero por lo que escribió estoy seguro que sus verdaderos conocimientos no los obtuvo de ningún número, sino mucho más por su experiencia de vida.
Lo suyo sigue siendo genial, como siempre, Facundo.

Facundo dijo...

Estoy de acuerdo con usted centauro. Y deje de elogiarme que me voy a convertir en un megalómano.

Anónimo dijo...

Hola: No leí nada de Bertrand Russell, pero respecto a lo que publicás de él, creo que al comparar un científico con un artista está comparando dos visiones completamente distintas respecto de la felicidad. Un artista tiene una sensibilidad distinta, la mayoría son seres muy sufridos (hablo por ejemplo de un Van Gogh, los románticos (en este momento no recuerdo sus nombres, tanto escritores (Dostoyevsky, Zolá, Víctor Hugo) como pintores), que realmente veían y plasmaban en sus obras la realidad que estaban viviendo, tanto a nivel personal como social, y sí, muchos de ellos no eran felices. Están en otro mundo. Creo que los científicos luchan o trabajan en su investigación y ven un futuro feliz basado en la ciencia, y los artistas viven más la realidad presente, no pudiendo vislumbrar a través de esta realidad un futuro feliz. Son sensibilidades distintas y viven en planos distintos (la ciencia, pura razón; el arte puro sentimiento). Por ejemplo, Sábato: un científico que se volcó a la pintura y la literatura. Su sensibilidad o su visión de la ciencia lo hicieron cambiar de rumbo. Cada uno, científicos o artistas, a su manera, deja huellas para futuros cambios, sean ellos felices o no.
Muy bueno tu blog. Hacía mucho que no entraba, no llegué a ver todo, pero me gustó mucho lo que leí. Veo un cambio que me gusta, y son tus comentarios respecto a lo que publicás. Muy bueno.

Facundo dijo...

Tía: Creo que te estas desviando de la idea que planteaba Russell al comparar las felicidades de los artistas y los científicos. Primero, habla de una realidad que no puede dejar de tenerse en cuenta para el caso de los artistas; mientras más sufridos, mejores artistas. ¿Cómo serian de las grandes obras de los Shakespeare o los Hugo sin sufrimiento? Serian obras del montón. Segundo, son considerados, como bien dice Russell, de distintas maneras por el publico, cuando no entienden a los artistas la conclusión es que estos son malos, en cambio los científicos siempre contribuyen a la sociedad, sean entendidos o no. Por ultimo, no estoy de acuerdo, aunque en este espacio hay libertad de opinión, en que los artistas son puro sentimiento y los científicos pura razón. Existen muchos científicos, que brindaron su vida a la ciencia, Pasteur es un caso, por el simple hecho de llevar la profesión en la sangre.
Gracias por los elogios.

Anónimo dijo...

Hola Facu: De paso un segundo después de mucho tiempo. El tema da para mucho, y me cuesta resumir. No entiendo lo del desvío, puede ser que como dije antes, no leí nada de Russell. Pero en las primeras líneas que transcribís de Russell dice “Muchos de los más eminentes son muy simples en el plano emocional” ...... y otra “La razón es que los componentes superiores de su inteligencia están totalmente absortos en el trabajo y no se les permite irrumpir en regiones en que no tienen ninguna función que realizar”.... Estas frases, entre otras me hicieron pensar en lo que yo comenté antes sobre la razón y el sentimiento. No quise decir que los científicos no tuvieran sentimiento, y por supuesto que muchos científicos brindaron su vida en pos de la ciencia, pero siento que se endiosa a la ciencia, y ahora sí veo que me estoy por ir de tema. Es muy complejo y me cuesta ser objetiva. Da para charlarlo. Respecto a los elogios, usted los merece.