miércoles, febrero 21, 2007

De resignaciones

"Existen dos clases de resignación: una se basa en la desesperación y la otra en una esperanza inalcanzable. La primera es mala, la segunda es buena. El que ha sufrido una derrota tan terrible que ha perdido toda esperanza de lograr algo bueno, puede aprender la resignación de la desesperación, y al hacerlo abandonara toda actividad seria. Puede disfrazar su desesperación con frases religiosas, o diciendo que la contemplación es el fin natural del hombre, pero por muchos disfraces que utilice para ocultar su derrota interior, seguirá siendo una persona inútil y profundamente desdichada. En cambio, la persona cuya resignación se basa en una esperanza inalcanzable actúa de manera muy diferente. Para que dicha esperanza sea inalcanzable tiene que ser algo grande y no personal. Sean cuales fueren mis actividades personales, puedo ser derrotado por la muerte, o por ciertas enfermedades; puedo ser vencido por mis enemigos; puedo descubrir que he seguido un camino equivocado que no puede conducir al éxito. Las esperanzas puramente personales pueden fracasar de mil maneras diferentes, todas inevitables; pero si los objetivos personales formaban parte de un proyecto más amplio, que afecte a la humanidad, la derrota no es tan completa cuando se fracasa. El hombre de ciencia que desea hacer grandes descubrimientos puede que no lo consiga, o puede que tenga que dejar su trabajo a causa de un golpe en la cabeza, pero si su mayor deseo es el progreso de la ciencia y no solo su contribución personal a dicho objetivo, no sentirá la misma desesperación que sentiría un hombre cuyas investigaciones tuvieran motivos puramente egoístas. El hombre que trabaja a favor de una reforma muy necesaria puede encontrarse con que una guerra deja todos sus esfuerzos en vía muerta, y puede verse obligado a asumir que la causa por la que trabajo no se hará realidad en lo que le queda de la vida. Pero si lo que le interesa es el futuro de la humanidad y no su propia participación en él, no por eso se hundirá en la desesperación absoluta."

Extraído de "La conquista de la felicidad" de Bertrand Russell.

6 comentarios:

Centauro dijo...

Muy cierto, el ser humano siempre busca cobijarse dentro de algo más grande que él, llámese religión, ciencia, cultura, etcétera.
Si estuviéramos aislados del resto seríamos muertos en vida.

Centauro dijo...

Muy cierto, el ser humano siempre busca cobijarse dentro de algo más grande que él, llámese religión, ciencia, cultura, etcétera.
Si estuviéramos aislados del resto seríamos muertos en vida.

Lulet (Julia Mar) dijo...

Tal cual.
Aunque ya creo que la palabra resignación es triste.
No?

Abrazos y besos!

Facundo dijo...

Centauro: Ciertas tus palabras. El ser humano es un animal social, con un poco de razon. Un ejemplo de lo escrito por Russell podria ser el futbol y el tenis. En el futbol una derrota es siempre grupal, mas alla de que uno haya dado todo de sí. Pero en el tenis, al ser un deporte individual, una derrota es pura y exclusivamente responsabilidad del unico jugador.

Lulet: Cierto, es fea la palabra resignacion. Pero creo que puede ser el primer paso para el olvido de un fracaso.

Anónimo dijo...

el alivio de saber q la derrota es grupal, creo q es algo inevitable en el ser humano.

"...pero si los objetivos personales formaban parte de un proyecto más amplio,la derrota no es tan completa cuando se fracasa..."

...muy buen txt, sigo ejercitando el cerebro...
gracias

saludos!

Facundo dijo...

Agradézcale a Bertrand, simplemente copie un texto que me intereso de un libro de él. La próxima vez deje su nombre. Me gusta saber por lo menos el nombre de la persona con quien comparto opiniones. ¡Ejercite nomas! Saludos.