Supersticiones III: Tocar madera
Muchas veces ante alguna expresión no deseada, recurrimos al famoso “toco madera”, pero con una salvedad, que la madera a tocar no tiene que poseer patas. Cuando termine de explicar el origen entenderán el porque.
Esta superstición tiene origen en los pueblos célticos, de los que ya hablé alguna vez. Los representantes sociales en los clanes celtas eran los monjes druidas. Estos eran los encargados de que las tradiciones se transmitieran de generación en generación, usando generalmente el genero poético y de manera oral ya que no poseían tradiciones literarias.
Como buenos amantes de la naturaleza, realizaban sus rituales en los bosques, liderados por los druidas. Pero no lo hacían por ser simples naturalistas, creían que los árboles eran la morada de los dioses. Y no cuesta mucho entender este concepto si buscamos la etimología de la palabra druida, que deriva del céltico antiguo y significa “conocedores del roble”.
Por eso mismo, era común que los integrantes de los clanes celtas buscaran “buena suerte” tocando a los árboles. Una costumbre no tan rara para los que suelen ir a las iglesias católicas, donde se observa la necesidad de las personas de tocar las figuras de los santos o de Jesús y Maria.
Habrán entendido entonces porque la madera no tiene que tener patas, ya que significa un árbol muerto.
Esta superstición tiene origen en los pueblos célticos, de los que ya hablé alguna vez. Los representantes sociales en los clanes celtas eran los monjes druidas. Estos eran los encargados de que las tradiciones se transmitieran de generación en generación, usando generalmente el genero poético y de manera oral ya que no poseían tradiciones literarias.
Como buenos amantes de la naturaleza, realizaban sus rituales en los bosques, liderados por los druidas. Pero no lo hacían por ser simples naturalistas, creían que los árboles eran la morada de los dioses. Y no cuesta mucho entender este concepto si buscamos la etimología de la palabra druida, que deriva del céltico antiguo y significa “conocedores del roble”.
Por eso mismo, era común que los integrantes de los clanes celtas buscaran “buena suerte” tocando a los árboles. Una costumbre no tan rara para los que suelen ir a las iglesias católicas, donde se observa la necesidad de las personas de tocar las figuras de los santos o de Jesús y Maria.
Habrán entendido entonces porque la madera no tiene que tener patas, ya que significa un árbol muerto.
¿Un árbol puede modificar nuestra suerte? Una simple superstición.
1 comentario:
Aló, Aló!
Un gustó hallar este blog, ver que hay más gente del paló.
Salut, ami Facundó!
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